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CIENCIA
PODER
TECNOLOGÍA

Estas tres palabras tienen muchas más cosas en común de lo que parece. Ellas son capaces de dirimir la competencia entre empresas y entre naciones, ocupando un lugar de privilegio en el campo de la política internacional. Un recorrido por el mundo contemporáneo, pasando por la energía nuclear hasta las comunicaciones.

 

 

La tecnología tiene que ver con el “saber cómo”, la ciencia con el “saber qué”, pero el “saber cómo” está asociado al trabajo manual y el “saber qué” al intelecto, y las sociedades han tendido durante mucho tiempo a considerar al intelecto por encima del trabajo manual. 

 

Sólo que sí, hasta principios del siglo XX, el “saber qué” estaba más vinculado con el poder, no solamente por su origen cultural sino también porque le ayudaba en la fijación de estrategias y en la conducción del Estado, en los últimos años el “saber cómo” se ha sofisticado tanto y se ha vinculado de tal manera con la economía que este triángulo sentimental ha demostrado ser una relación, por lo menos, dinámica.

 

 

  • Los intereses de varios grupos científicos son los que han predominado en las orientaciones de estas políticas y en las concepciones de los mecanismos de apoyo.

 

  • Las élites científicas  han privilegiado una concepción basada en el autogobierno de la ciencia, apoyándose en prácticas corporativistas.

 

  • La reciente multiplicación de grupos involucrados en las orientaciones de la Ciencia y la Tecnología, favorece la conformación de redes de poder en la sociedad, particularmente entre ciencia, gobierno, empresas, el poder legislativo y la sociedad civil.

 

¿El científico debe dedicarse a la actividad política y, por tanto, abandonar la ciencia para convertirse en un político profesional en este campo?

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